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Runari WildlyJue Abr 25, 2019 6:16 pm
Runari Wildly
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Runari WildlyD-Rune
El frío de la noche golpeo casi de una forma repentina, no debía estar sorprendida; era claro que se estaba acercando las estaciones más frías junto con noches más largas. Solo en estos momentos podría imaginar la cantidad de problemas que tendría para mantenerse caliente, al igual que conseguir comida con los árboles y plantas completamente desnudos. Viajar con pocas horas de luz solar también sería un inconveniente. Lo mejor sería buscar un lugar que le proveyera refugio de las temperaturas bajas, sin embargo, este también debía proveer de alimento suficiente para pasar las estaciones frías.  

Una fría brisa le hizo estremecer y ajustar más el poco abrigo que tenía encima contra su cuerpo, primero, tendría que conseguir ropa más abrigada junto con pantalones largos. Las largas hebras de césped estaban comenzando a dejar marcas en sus piernas y la sensación de que algo siempre la andaba raspando no era agradable.  

Solo estaba siguiendo a Haku, que siempre parecía saber dónde ir a pesar de que también era su primera vez viajando por la zona, pero contando que los instintos de supervivencia eran más fuertes en el, no se quejaba en lo absoluto. Así era hasta que se frenó de repente.-¿Qué pasa?.-Miro a su compañero que estaba boquiabierto con los ojos abiertos de par en par. Esto era raro. Con una mano le subió la mandíbula para que la mantuviera cerrada y solo miro al frente encontrándose con una especie de conejo blanco de orejas largas y parado en sus dos patitas, claramente un digimon, así que no entendía la sorpresa. Con las nubes moviéndose a causa del viento, la luna pronto se despejo provocando que la poca luz que desprendía iluminara el lugar teniendo una mejor vista de la pequeña y orejuda criatura, notando que podía ver a través de él. Ahora era el turno de Runari para que se le cayeran los calcetines.  

El conejito fantasma solo señalo una dirección antes de, solo desaparecer. Claramente ninguno de los dos sabía cómo reaccionar, solo cruzaron miradas a la vez que apretaban los dientes para evitar que la mandíbula cayera de nuevo, en lo que decidían que hacer. -No sé tú. Pero yo no quiero hacer enojar a un fantasma. -Todas las películas de horror que vio en la vida le gritaban en este momento, que debía seguir las indicaciones si no quería saber que pasaba si le hacía enojar.  

Ambos rápidamente acordaron que la mejor opción era ir por el camino señalado, durante varios minutos el escenario no cambio, la hierba alta seguía molestando y le tapaba la visión a Haku de lo larga que estaba, esperaba que no tuvieran que seguir en esta dirección hasta el final del continente, pero finalmente, encontraron un cambio. Llegaron a una pequeña, con la hierba prolijamente cortada teniendo apenas unos pocos centímetros de alto y formando un círculo. Entraron a la pequeña zona podada, encontrando con unos huevos dispersos alrededor del lugar. Estos huevos coloridos sin duda hacían parecer los de avestruz como si fueran huevos de codorniz. Runari solo se acercó a uno de los coloridos huevos gigantes y lo sostuvo entre sus manos. -Siento curiosidad de ver la gallina que puso estos huevos.-Comento, en claro tono de broma, aunque dado como es este mundo no sería sorpresa ver algo así, aunque, sentía que vio algo similar antes. Por su parte el digimon solo exploraba los alrededores.  

-No sé qué es una gallina, pero eso no tiene nada que ver. Esos son de digimon.-Se volteo unos instantes y por la cara de la chica, claramente debía explicar mas.-Si sabes que todo los digimons nacemos de huevos ¿no?.-Después de eso, ella se quedó en silencio procesando la información recibida.  

-¡Oh my god!.-Exclamo cuando recordó finalmente el huevo que recibió apenas empezó a jugar el juego ¡Todo tenía condenado sentido! Pero antes de poder enloquecer aún más de lo posible, Haku salió de su pequeña exploración de la zona y por la cara más seria de lo normal que tenía, algo no andaba bien.  

-Tienes que ver esto.-Volvió a entrar a la zona de pastizal con ella siguiéndole de cerca para no perderle el rastro, a pocos metros de la zona prolija, había otra también libre del pastizal pero no por que fuera cortado prolijamente como aquella zona de atrás; estaba completamente quemado, con baches de tierra salida y dispersa por el lugar, sin duda algo malo sucedió en este sitio, sin importar lo que fuera, no era buena idea quedarse demasiado tiempo en este lugar.

-Haku.-Hablo mientras apretaba con cuidado el huevo gigante en sus brazos. Este lugar realmente no era seguro, pero no podía irse así sin más y en especial luego de haber visto los huevos desprotegidos-Tenemos que proteger a los bebes.-Técnicamente eran huevos pero se entendía.  

Regresaron rápidamente en donde estaban los huevos, primero lo primero, si querían sacarlos de ahí tendrían que encontrar un modo de trasladarlos a todos al mismo tiempo, en sus brazos apenas cabía uno, con suerte dos; el traslado sería peligroso para aquellos que dejara atrás, por lo que tenía que encontrar el modo de moverlos a todos a la vez.  

Necesitaba crear una red para transportarlos a todo, si bien era largo no bastaría para tejer una red y un canasto gigante sería difícil de mover. Entonces fijo la vista en la capa del Hackmon, tenía buen tamaño y parecía lo suficientemente resistente para aguantar el peso extra.  

Claro que el digimon noto la intensa mirada que estaba fijada en su capa y entendió el mensaje de inmediato; otro día más en que su capa seria sacrificada por las circunstancias del momento. Por lo que con un suspiro de “Ya me vale todo en esta vida” solo llevo una garra hacia su capa sujetándola y la extendió hacia la joven, la cual solo agarro con entusiasmo los extremos del final de esta.  

Mientras el Hackmon se iba moviendo por la pequeña zona, Runari iba recogiendo y colocando encima de la capa los huevos, a la vez que sostenía los extremos de esta para evitar que se cayeran de nuevo al suelo. No sabía que tan resistente sea la cascara de estos, posiblemente sea extremadamente dura dado que algunos miembros de la especie podían incluso escupir fuego, pero mejor no se arriesgaba. Así que termino con siete huevos de la suerte siendo llevados dentro de la capa de Haku.  

-Bien lento. No hay que apresurarse.-Mantuvo los extremos en alto tratando de mantener la capa floja, si se tensaba lo único que conseguiría era que todos los huevos fueran al suelo.-¡Haku maldita sea más lento! .-Grito ante el paso acelerado del digimon, este sin duda era el problema secundario del traslado, tratar de igualar las velocidades cosa que no era fácil con el andar apresurado del lagarto y los pasos inseguros de la chica, claramente la maternidad no le sentó bien.  

-Si no nos apresuramos lo que sea que causo ese desastre vendrá por nosotros.-Apresuro el digimon y al no tener de otra ella tuvo que apresurar su paso también si quería mantener todos los huevos en el centro amontonados.  

Habían avanzado unos cuantos metros desde su punto inicial, cuando la brisa fría aumento y con ella vino el sonido de los truenos a la lejanía que retumbaban en las nubes que se acumulaban en el cielo. Eso tampoco era una buena señal. La lluvia no tardaría en llegar, las nubes amontonadas por suerte hacían parecer la noche más clara por lo que al menos era capaz de ver frente suyo.-Haku ¿Alcanzas a ver algún sitio donde podamos refugiarnos?.-Pero claro, la vista de los animales siempre será mejor estando a oscuras, así que era mejor dejarle las cosas a él.  

-Es difícil ver con el pastizal alto. Tendremos que seguir hasta encontrar algo.-Con una de sus garras comenzó a alejar a cada paso la maleza de frente de sus ojos, lo cual fue listo de hacer ya que a los pocos pasos termino encontrándose con una pequeña pendiente, no era muy empinada y solo tenía como tres metros de altitud que fácilmente se podría bajar caminando con cuidado, pero aun así no era divertido rodar hacia abajo por no ver por dónde estaba yendo.  

El Hackmon miro a detalle la pequeña bajada notando que al final de esta no muy lejos había una pequeña madriguera, estarían apretados y no sabía si ya había alguien ahí, pero al menos seria buen refugio en lo que la lluvia pasaba.  

Claro que por altura Runari se dio cuenta de la pendiente, sin embargo, no de la madriguera, solo sabía que tendría que andar pisando con cuidado. Siguiendo al Hackmon y a pasos muy pequeños mientras trataba de mantener el equilibrio, comenzó el camino hacia debajo de la pendiente, eso sería muchísimo más fácil si no tuviera las manos ocupadas y vigilando que ningún huevo se perdiera, lo cual le hacía difícil ver por dónde estaba pisando, tenía que ir bajando inclinándose hacia atrás y pisando de forma dudosa el suelo antes de poder dar un paso.  

Luego de mucho estrés, caminar de costado y evitar que unos huevos terminen estrellados, finalmente llegaron al final, avanzaron un poco con los truenos de una lluvia que los alcanzo más rápido de lo esperado, por lo que prácticamente corrieron hasta meterse dentro de la madriguera que no era tan pequeña, apenas era unos centímetros más alta que Runari y de anchura es de la anchura de ambos brazos extendidos de la chica. Si era grande, pero no quitaba el hecho de que estaban apretados sentados dentro de esta.  

Pero ahora estaban a oscuras, con frío y mojados. No podía encenderse una fogata dentro por la muy obvia falta de espacio, pero necesitaba una fuente de calor y si bien Haku era un lagarto escupe fuego no podía dormir incubando todos los huevos, como máximo solo cuatro y ella a duras penas con los otros tres, pero eso no solucionaba el problema.  

Por lo que saco el extraño dispositivo, apretó el botón y este paso al libro de lenguaje complicado, empezando a leer los pocos hechizos que tenía este en busca de algo que le fuera a ser útil. ¿Ignite? Esa era mala idea se viera por donde se viera, ¿Pompe? Era bueno, solo si quería mandar toda la madriguera abajo, así que descartado. Fijo la vista en el último hechizo ...Chandefire o algo similar era lo que llegaba a entender, aun no lo llegaba a usar por cuestiones de que la descripción de este realmente no se entendía bien, solo llegaba entender las palabras “fuego”, “no” y “quemar” lo cual era la razón de por qué no lo uso realmente ya que no entendía el uso de una llama que no quema.  

Pero si no quemaba, eso podría ser útil en esta situación, al menos podría dar luz. Pero el Hackmon tenía una cara de miedo mezclado con duda al ver el libro, en su experiencia viendo como resultaban los hechizos de la joven, esto no parecía una buena idea ni de lejos.-Runari...no creo que sea conveni-

- Chandefire.-Dijo en voz alta.

-¿¡Pero me quieres escuchar!?.
-Ya era tarde, una llama blanca que perfectamente podría caber en las manos de una persona apareció flotando en medio del lugar. El Hackmon ya había levantado la capa, listo para protegerse de un estallido de fuego, pero unos diez segundos después de que solo estuviera ahí flotando haciendo nada, decidió bajarla.  La pequeña llama blanca solo iluminaba la madriguera mostrando que era más profunda de lo esperado, también desprendía un ligero calor, suave y reconfortante como estar durmiendo bajo el sol en pleno día de primavera.  

Con un calor tan suave prácticamente podía quedarse dormida ahí sentada, pero su mente no era tan calma para eso. Miro el interior de la madriguera recordando el cuento de Alicia en el país de las maravillas. -Cayo por una madriguera de conejo hacia el país de las maravillas.-Recordó en voz alta.  

-¿De qué hablas ahora?.
-Claramente confundido por las palabras sacadas de la nada y sin sentido aparente.  

-Es una historia muy conocida de dónde vengo. Una chica persiguiendo un conejo blanco cae por una madriguera y termina en un extraño país.- Ahora que lo decía en voz alta noto el parecido con su vida actualmente. La expresión del Hackmon parecía que le estaba diciendo que aquella sola idea era una locura, sin embargo, Runari estaba más abierta a la idea de ir de nuevo a un mundo extraño por accidente.  

Apoyo sus manos detrás de si, en un intento de acomodarse en el pequeño espacio notando casi de inmediato pequeños contrastes en la tierra, pequeñas marcas más profundas que otras. Agarro la pequeña flama blanca entre sus manos iluminando el suelo que estaba a su alrededor; se encontró con cientos de huellas que iban en dirección a lo profundo de la madriguera, ¿Cómo sabía que iban hacia dentro?  Simple, solo tenía que ver en qué dirección apuntaban las garras.  

Unas pocas iban dirigiéndose a la salida de la madriguera, claramente, algo habitaba en el centro de esta madriguera y salía muy poco a ver los alrededores de la pradera. Esto si era interesante.-Haku acabas de ser ascendido a mama gallina.-Dijo de forma repentina a la vez que comenzaba a colocar los huevos entre las patas del digimon o solo contra este.
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-¿¡Qué estás haciendo!?.-Runari ignoro de momento la pregunta y agarro la pequeña llama entre sus manos.-Me voy a ver que hay más adentro. Mantenlos calentitos. -Y antes de poder escuchar la objeción por parte del lagarto, solo huyo hacia el centro de la madriguera.

Fueron casi unos cinco minutos de recorrido aproximadamente, llegando a una pequeña puerta que fácilmente podría cruzar agachada, pero tenía que admitir que estaba decepcionada de no ver una puerta más pequeña y un frasco que dijera “Drink Me” a un lado.  

Abrió lentamente la puerta encontrando con una especie de cuarto bajo tierra, no había mucho que decir, una gran mesa redonda hecha de piedra, troncos haciendo de sillas y en una esquina una especie de nido hecho con paja al parecer. Pero lo que estaba dentro si era mucho más interesante, el nido estaba lleno con varios huevos de diferentes colores.  

Sin embargo, apenas dio un paso adentro un relámpago choco contra la pared a su lado, miro apresuradamente al atacante, era una especie de erizo rojo, si eso era lo más cercano a describirlo; como sea, este pequeño que estaba en la habitación  

No parecía muy feliz con la intrusión de la chica.-¡Woah! Tranquilo. Realmente no quiero combatir.-Levanto sus manos a la altura de sus hombros en señal de rendición, mientras la flama, solo flotaba frente a ella.  

-Justo como los otros ¿no?
.-Ladro el digimon.-Esperas que baje la guardia para que tu compañero ataque. -Las chispas eléctricas comenzaron a formarse a su alrededor.

-¡Wait! ¡Mira solo estoy buscando un lugar donde dejar los huevos! Los dejo y me voy ¿ok?.-Hablo de forma apresurada esperando no recibir un ataque, para su suerte el digimon se calmó y la amenaza de una descarga eléctrica parecía haber sido pausada de momento. Por lo que simplemente aprovecho para hablar de nuevo.-Mira están en la entrada de la madriguera mi amigo los está cuidando, se nota que estas protegiendo aquellos por lo que sí me acompañas, te podre dar lo que encontramos y así dejarte tranquilo.-El pequeño digimon rojo parecía bastante dudoso, luego de varios segundos de meditar la propuesta la acepto con un ligero asentimiento de cabeza.  

Saliendo del pequeño cuarto, Runari tomo la delantera llevando consigo la pequeña llama, supuso que no sería buena idea ir detrás de la criatura roja, de por si estaba nervioso, no quería ponerlo aún más inquieto. Cuando llegaron a la cueva, encontraron a la mama gallina escamosa justo donde la había dejado, incluso con los huevos rodeándolo y todo.  

Llevar entre los tres era un trabajo más llevadero que llevarlos de a dos, Haku llevaba dos dentro de su capa atada cual bolso, el pequeño de rojo llevaba otros dos entre sus patas y los restantes eran llevados en un acto de equilibrio por Runari, fue un alivio cuando lograron colocar todos dentro del nido. Pero un trato era un trato, por lo que era momento de marcharse.-Quédate con la flamita, te hace falta luz aquí.-Comento dejando la pequeña flama frente a la puerta de la habitación haciendo de farol frente a la casa, no sabía cuánto duraba, pero lo tendría por un tiempo.  

Saliendo de la madriguera, la lluvia se había detenido, pero el aire frio aun continuaba golpeando. El cielo se había despejado y se podía ver como este comenzaba a mostrar los primeros signos del amanecer. Una bonita vista sin duda, pero la cabeza de Runari estaba ocupada procesando el ataque que recibió aquel digimon ¿Acaso tenía relación con aquella zona donde claramente se dio a cabo una pelea? ¿Por qué no dudo en atacarla cuando la vio? Sería posible....-Oye Haku.

-¿Si?.

-...Nada.-A veces era mejor no saber todas las respuestas. -Solo espero que ese fantasma este contento ahora.-Aun no estaba lista, no quería saber las respuestas y no quería seguir preguntándose cosas que le harían sentir mal, solo quería ignorar todo de momento.  

-Lo estoy.-Escucharon una pequeña y baja voz a sus espaldas. Provocando que ambos se tensaran de inmediato, lentamente se giraron para encontrarse con, absolutamente nada. Ambos intercambiaron miradas y solo acordaron en silencio que no volverían a mencionar esta noche jamás.  

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The Data
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